15 de enero
Martes I semana
Mc 1, 21-28 Estaban asombrados de su enseñanza
Me asombras. Cada día, al despertar la aurora. Cada tarde, al caer el sol. Cada noche, en la que me atas a tu muñeca con el hilo de luz de la luna. Hasta de noche me instruyes internamente. Me asombras en lo que es y no es; en lo que entiendo y no entiendo; en el misterio de tu ser en mi para hacerme cada día más tuyo.

¿Quién soy yo para que te acuerdes de mí?
me dijo ayer una presa en Soto del Real
Sal 8