Libertador

11 de abril
Viernes V de cuaresma

Jer 20, 10-13 Cantad al Señor que libera la vida del pobre

Es lo que hizo María en el Magníficat. Proclamó tu grandeza porque enalteces a los humildes, a los hambrientos los colmas de bienes, a los ricos los despides vacíos. En este viernes, que antiguamente era el viernes de dolores, pongo en tus manos todos lo pobres, marginados, descartados, olvidados del mundo. Solo tú puedes ser para ellos liberación. Nosotros instrumentos en tus manos.

Fecundo

10 de abril
Jueves V de cuaresma

Gn 17, 3-9 Te haré fecundo sobremanera


No se bien como, pero se que de un grano de mostaza nace un arbusto donde anidan los pájaros, y que un poco de levadura hace germinar la masa, y que con lo poco que te ofrezco cada día me haces fecundo, tan fecundo como un campo de trigo, o una viña fértil. Tú, Señor, haces que mi vida sea en ti fuente de bendición.

Crucificados

8 de abril
Martes V semana

Jn 8, 21-30 Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”

En la cruz atraerás a todos hacia ti; allí te miraremos, tras traspasarte. Ved la cruz de salvación, árbol que nos dio la vida. Allí, junto a ti, todos los crucificados del mundo. Donde nos sigues dando la vida, cuando nos acercamos a ti en ellos. Conviérteme, Señor, y hazme creer en tu evangelio.

Cañadas oscuras

7 de abril
Lunes V semana

Salmo 22 Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.

Una vez más tu salmo de buen pastor. El que recitaría la casta Susana cuando vio en peligro su vida, por el testimonio de los viejos rijosos. El de la mujer sorprendida en flagrante adulterio. El de cada uno de nosotros cuando nos encontramos en cañadas oscuras, en sombras de muerte, al borde del abismo. Tu vara y tu cayado me sosiegan.

la primera piedra

Jn 8, 1-11 El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra

Una vez más, Señor, tu cercanía, tu compresión, tu acogida. Una vez más desarmas a los armados de la ley, de la verdad, de la justicia, para llevarlos al terreno de la misericordia. De tu misericordia. Una vez más, Señor, hoy, pones delante de nuestros ojos un espejo, para que mirándote nos veamos…y nos convirtamos a vivir, ya sin reservas, la alegría de tu evangelio.

Tu palabra

5 de abril
Sábado IV de cuaresma

Jn 7, 40-53 Jamás ha hablado nadie como ese hombre

Dime una palabra, Señor. Ayúdame a acoger tu palabra, a meditar tu palabra, a encarnar tu palabra, a que tu palabra sea luz y guía de mi vida, a dejarme conformar por ella, a guardarla en mi corazón, para ser cada día más como tú, con mis palabras y mis hechos. Ponme junto a tu palabra, y sigue dándome la vida.

Olvidadizo

3 de abril
Jueves IV de cuaresma

Salmo 105 Se olvidaron de Dios, su salvador

Si me olvido de ti que se me paralice la mano derecha, que se me pegue la lengua al paladar. Si me olvido de ti, Señor, ¿qué será de mí? Si me olvido de ti, Señor, ni me daré cuenta…y tú seguirás conmigo, acompáñándome, compartiendo mi vida, aunque no me de cuenta, esperando a que vuelva contigo.

Desamparados

2 de abril
Miércoles IV de cuaresma

Is 49, 8-15 El Señor se compadece de los desamparados

Pongo delante de ti, Señor, a todos los desamparados, a los marginados, a los descartados, a todos los que sufren el abandono de la sociedad, a los que no cuentan, a los que nos resultan indiferentes en su dolor, a los que viven en las calles, a los que están enfermos en soledad, a los presos, a lo inmigrantes sin papeles, a los menores que despreciamos….a tantos hijos tuyos, en los que no sabemos encontrarte.