Embotado

18 de febrero
Martes VI

Mc 8, 14-21 ¿Tenéis el corazón embotado?

No me cuesta entender, Señor, que tu reproche me lo puedo aplicar con facilidad. Tengo el corazón embotado por tanta información, por tanta imagen, por tanto análisis, por tanta banalidad a la que accedo, por tanto tiempo que se me escurre de las manos en las redes sociales, por todas las veces en que no fijo los ojos en ti y se enturbia mi mirada, y mi corazón se embota. Ayúdame, Señor.