8 de febrero
Sábado IV
Salmo 22 Tú vas conmigo
Otro salmo para quedarse en él, en la oración del corazón, repitiendo una y otra vez sus versos, dejándome acariciar por la cadencia de la verdad que me presente, tu bondad me acompaña todos los días de mi vida, contigo nada me falta, reparas mis fuerzas, contigo nada temo, y empezar de nuevo, hasta terminar, en silencio, en la gran luz de tu misericordia.