6 de septiembre
Viernes XXII
I Cor 4, 1-5 No juzguéis antes de tiempo
Es lo que te pido, Señor, que me des una mirada misericordiosa, como tú eres misericordioso. No juaguemos antes de tiempo, dejemos que tú vengas e ilumines lo que esconden las tinieblas, y se ponga al descubierto los designios del corazón de cada persona, de manera que cada uno reciba de ti lo que merece. De nuevo te lo pido, Señor, dame una mirada limpia para no juzgar.