Amor mutuo

10 de septiembre
Domingo XXIII

Rm 13, 8-10 A nadie le debáis nada, más que el amor mutuo

En ello se nos va la vida, en dar y recibir amor, en amar y ser amado, en una deuda de amor. Porque tú nos amas primero y nuestra vida, mi vida, es una dulce respuesta a este amor incondicional. ¿Puede el amor no ser amado? El que ama ha cumplido el resto de la ley….el que ama está en ti, y ya tiene todo, la ley y los profetas. Porque vive en el centro de tu amor.

Sostienes mi vida

9 de septiembre
Sábado XXII

Salmo 53 Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida

Me dirijo a ti con la palabra de este salmo, y lo hago en nombre de todas las personas que buscan tu auxilio, tu protección en el momento del peligro, por todas las personas que están pasando una situación de inestabilidad, de incertidumbre, de fragilidad. En mi voz sus voces, ante ti, y el reconocimiento de tu maravillosa acción en nuestra vida.

Natividad de María

8 de septiembre
Natividad de la Virgen María

Mt 1, 1-16 Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo

Y así nacimiento tras nacimiento, generación tras generación, desde el origen de la humanidad, hemos ido preparando tu nacimiento, entroncado en nuestra naturaleza humana. Nos predestinas, nos llamas, nos justificas, nos glorificas. A tu imagen y semejanza. Desde María. Gracias.

Pecador

7 de septiembre
Jueves XXII

Lc 5, 1-11 Señor, apártate de mi que soy un hombre pecador.

Y lo soy. Vivificado por tu perdón y tu misericordia. Y es ahí, en mi mismo pecado, donde me llamas a ser pescador, a remar y adentrarme en el mar de tu amor y tu redención. Gracias, Señor.

Orando por vosotros

6 de septiembre
Miércoles XXII

Col 1, 1-8 Damos gracias a Dios orando siempre por vosotros

Sea así. Una cadena de agradecimiento y oración, los unos por los otros, delante de Dios, fuente de toda bondad, de toda paz, de todo amor. Una oración incesante, que brota del corazón y hace que surja la vida verdadera, delante de Dios.

Hijos del día

5 de septiembre
Martes XXII

I Tes 5, 1-6.9-11 Vosotros sois hijos de la luz y del día

No hijos de la noche ni de las tinieblas. Porque tu luz, Señor, nos hace ver la luz. Y en tu luz admirable me habitas.

Siempre contigo

4 de septiembre
Lunes XXII

I Tes 4, 13-18 Y así estaremos siempre con el Señor

Estamos ya siempre contigo, y esta verdad es el anticipo de la vida eterna, que comenzamos a vivir ya aquí, y que fundamenta la verdadera esperanza. Pues no hay muerte sino presencia amorosa, difusa y delicada. Hoy y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Seducido

3 de septiembre
Domingo XXII

Jr 20, 7-9 Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir

Bien sabes, Señor, cuánta verdad trae tu palabra de hoy. Seducido desde hace tantos años, seducido cada día, seducido en este momento…seducido, aunque tantos días no tenga conciencia ni de tu seducción, y pase desapercibido tu amor ardiente en mi vida. Pones en mis entrañas como fuego, que trato de sofocar, pero no puedo. Gracias.

Tranquilidad

2 de septiembre
Sábado XXI

I Tes 4, 9-11 Esforzaos en vivir con tranquilidad

Me pregunto, ante ti, Señor, qué significa vivir con tranquilidad…la tranquilidad que me da saberme en tu presencia, saber que me habitas, que tú no te mudas, que cuando te tengo nada me falta, pues solo tú bastas. La tranquilidad en cualquier circunstancia o trabajo…la tranquilidad de saber que la salvación la recibo de ti, como un regalo maravilloso de tu amor. Gracias, Señor.

Amanece

1 de septiembre
Viernes XXI

Salmo 96 Amanece la luz para el justo, la alegría para los rectos de corazón

Luz y alegría al comenzar este nuevo curso, Señor. Es la palabra que pones ante mis ojos, al mismo tiempo que me llamas a estar con la lámpara encendida, encendida por la propia luz que tú pones en mí, por la alegría con la que llenas mi corazón. Amanezco cada día en la claridad de tu presencia, y esta claridad llena de gozo mi mañana, el despertar de cada día, de cada periodo temporal que comienza, como hoy, en tus manos, agradecido.