7 de septiembre
Jueves XXII
Lc 5, 1-11 Señor, apártate de mi que soy un hombre pecador.
Y lo soy. Vivificado por tu perdón y tu misericordia. Y es ahí, en mi mismo pecado, donde me llamas a ser pescador, a remar y adentrarme en el mar de tu amor y tu redención. Gracias, Señor.