8 de marzo
Sábado después de ceniza
Is 58, 9-14 Cuando…
Tu Palabra me va despojando de todo, hasta la propia palabra. Quedo en silencio, anidas en mi corazón. Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. Tu oscuridad se llenará de mi luz, y serás luz.
Señor, que en éste tiempo me vaya despojando, de todo lo que no te deja habitar plenamente en mi corazón. ¡Sé siempre mi Luz!
Padre,
Dame la humildad del que nada sabe y el gozo del que nada entiende
para que en tu misericordia no me duelan las saetas, ni me hieran las miradas
Dame un cuerpo de presencia callada y unas manos rápidas
para que en tu bondad no calen los desprecios ni aniden los rencores
Dame un corazón de niña que de todo se asombra y todo celebra
para que al llegar la noche no tenga más delito que haberte amado
Amén