Inútiles

8 de noviembre
Martes XXXII
Lc 17, 7-10 Lo mismo vosotros…

…cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho todo lo que teníamos que hacer”. ¡Qué difícil, Señor! De nuevo, concédeme sencillez, humildad, gratuidad…y la vista del corazón puesta en Ti.

 

Razonamientos retorcidos

7 de noviembre
Lunes XXXII
Sab 1, 1-7 Los razonamientos retorcidos alejan del Señor

Me alejo de ti, Señor, con las complicaciones en las que me enredo, en el laberinto de mis pensamientos y justificaciones, cada vez que me alejo de la sencillez, en la turbiedad de mi mente, cuando me aparto de la pobreza de espíritu y de la limpieza de corazón.  Deja que mi pensamiento se serene en Ti, se acune a la luz de tu verdad, se haga transparente por la claridad de tu presencia.

Recibirlo

6 de noviembre
Domingo XXXII

Mt 25, 1-13 Que llega el esposo, salid a recibirlo

¿Y si hoy me llegara, con urgencia inusitada, este mensaje? ¿Y si tuviera la certeza de que hoy vienes a mi, como esposo amante, y amado, al que quiero recibir con la lámpara encendida? ¿Qué haría? Quizá darme cuenta que vienes cada día, en la eucaristía, en cualquiera de estos pequeños hermanos que pasan necesidad. ¿Qué hago para recibirte?

 

Menudo

 

5 de noviembre
Sábado XXXI semana

Lucas 16, 9-15 El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar

El criterio de lo pequeño, de lo cotidiano, de lo menudo, de lo no aparente, de lo que no cuenta a los ojos del mundo, de lo que pasa desapercibido, de lo mínimo…para acceder a la grandeza de Espíritu que ensancha el corazón y lo convierte en un paraíso de amor en germen, donde anidan todos los pájaros de universo. Gracias, Señor, por este criterio de fiabilidad, poético y real.

Ad gentes

4 de noviembre
Viernes XXI semana
Rm 15, 14-21 Donde no se ha pronunciado el nombre de Cristo

Para Pablo es cuestión de amor propio, nos dice, anunciar el evangelio solo donde no se ha pronunciado aún el nombre de Cristo. Esta misión ad gentes, a la que hoy se siguen sintiendo llamados muchos hombres y , mujeres que, en la frontera de la Iglesia, en los márgenes de la sociedad, en los territorios más inhóspitos, siguen proclamando la buena noticia de tu evangelio, Señor, te siguen mostrando a ti como camino, verdad y vida, como salvador.

 

Vivimos

3 de noviembre
Jueves XXXI

Rm 14, 7-12 Ninguno vive para sí mismo…
…si vivimos vivimos para el Señor. ¿Qué es mi vida sino participación en la tuya, Señor? ¿Qué es mi vida sino un estar en tus manos, mecido por tu Espíritu vivificador, como un niño en brazos de su madre, de su padre? ¿Qué es la vida sino un donarme a ti, un morir a mi vida, para unirme a ti que te has donado a mi para que tenga vida, y vida en abundancia? Parece un trabalenguas, pero es una realidad de amor.

Difuntos

2 de noviembre
Fieles difuntos
Rm 6, 3-9 Si hemos muerto con Cristo creemos que también viviremos con él

Es la esperanza, enraizada en Ti, Señor de la muerte y la vida. Eres nuestro lote, esperamos en ti, en el silencio y en la noche de la vida esperamos tu Palabra que salva, tu luz que ilumina; en el silencio esperamos tu salvación, que se hace carne y para morir por nosotros y así abrirnos las puertas de la vida, de la dicha sin fin. Unidos a ti en la muerte y en la vida. Ayúdame a hacer existencial este acto de fe.

Felices

1 de noviembre
Todos los santos

Mt 5, 1-12 Dichosos…

Dichosos son todos los santos, bienaventurados y felices,  porque han vivido según tu voluntad, se han dado a ti sin reservas, han seguido tus pasos, se han unido a ti, pobre de espíritu, afligido, sufrido, hambriento y sediento de justicia, misericordioso, limpio de corazón, trabajador por la paz, perseguido por el Reino de Dios. Dichosos, Señor, porque en ti alcanzan la vida verdadera y eterna.

 

Banquete de pobres

31 de octubre
Lunes XXXI

Lc 14, 12-14 Cuando des un banquete invita a los pobres

Nos muestras siempre, Señor, y más a través de este evangelista, una lógica ajena a las riquezas de este mundo, a las normas de comportamiento que rigen el do ut des, a los lobbys de presión que buscan siempre el propio beneficio. Tú, Señor, nos pones delante del pobre, con rostro concreto, y nos dices, me dices, que nos volquemos en él, que le hagamos partícipe de nuestra existencia, sin esperar nada a cambio. Tan solo el ser como tú, con entrañas de misericordia.

Maestro

30 de octubre
XXXI Domingo
Mt 23, 1-12 Vosotros no os dejéis llamar maestro, pues uno solo es vuestro maestro

Nos gusta, Señor, a algunos más que a otros, llenarnos de títulos, de reconocimientos, de prestigios, como si nuestro ser quedara reducido a un ego que necesita ser alimentado y reclama su dieta de vanidad. No nos damos cuenta, no me doy cuenta, que todo reconocimiento viene como don, y el mayor es la dignidad de haber sido creado a tu imagen y semejanza…¡qué mayor título de gloria que el estar referido a ti, Señor, Maestro, Padre!