Difuntos

2 de noviembre
Fieles difuntos
Rm 6, 3-9 Si hemos muerto con Cristo creemos que también viviremos con él

Es la esperanza, enraizada en Ti, Señor de la muerte y la vida. Eres nuestro lote, esperamos en ti, en el silencio y en la noche de la vida esperamos tu Palabra que salva, tu luz que ilumina; en el silencio esperamos tu salvación, que se hace carne y para morir por nosotros y así abrirnos las puertas de la vida, de la dicha sin fin. Unidos a ti en la muerte y en la vida. Ayúdame a hacer existencial este acto de fe.

Felices

1 de noviembre
Todos los santos

Mt 5, 1-12 Dichosos…

Dichosos son todos los santos, bienaventurados y felices,  porque han vivido según tu voluntad, se han dado a ti sin reservas, han seguido tus pasos, se han unido a ti, pobre de espíritu, afligido, sufrido, hambriento y sediento de justicia, misericordioso, limpio de corazón, trabajador por la paz, perseguido por el Reino de Dios. Dichosos, Señor, porque en ti alcanzan la vida verdadera y eterna.

 

Banquete de pobres

31 de octubre
Lunes XXXI

Lc 14, 12-14 Cuando des un banquete invita a los pobres

Nos muestras siempre, Señor, y más a través de este evangelista, una lógica ajena a las riquezas de este mundo, a las normas de comportamiento que rigen el do ut des, a los lobbys de presión que buscan siempre el propio beneficio. Tú, Señor, nos pones delante del pobre, con rostro concreto, y nos dices, me dices, que nos volquemos en él, que le hagamos partícipe de nuestra existencia, sin esperar nada a cambio. Tan solo el ser como tú, con entrañas de misericordia.

Maestro

30 de octubre
XXXI Domingo
Mt 23, 1-12 Vosotros no os dejéis llamar maestro, pues uno solo es vuestro maestro

Nos gusta, Señor, a algunos más que a otros, llenarnos de títulos, de reconocimientos, de prestigios, como si nuestro ser quedara reducido a un ego que necesita ser alimentado y reclama su dieta de vanidad. No nos damos cuenta, no me doy cuenta, que todo reconocimiento viene como don, y el mayor es la dignidad de haber sido creado a tu imagen y semejanza…¡qué mayor título de gloria que el estar referido a ti, Señor, Maestro, Padre!

Humildad

29 de octubre
Sábado XXX
Lc 14, 1.7-11 El que se enaltece será humillado

Todas estas verdades del evangelio, Señor, son reales, están llenas de sabiduría, nos muestras el camino de una vida más real, con mas armonía, paz, una vida más humana, más abierta, más en ti. Lo se, Señor, pero es muy difícil vivir esta humildad. Solo con la ayuda de tu gracia puedo avanzar. Dame la humildad de María para acogerte y entregarte.

Orar

28 de octubre
San Simón y San Judas

Lc 6, 12-19 Pasó la noche orando a Dios

Sin un derroche de tiempo en tu presencia,  escanciado  como el perfume de la  María, gratuitamente, ¿cómo voy a tener una vida de intimidad contigo? Sin un tiempo generosamente dedicado a la oración, a contemplarte, a adorarte, a amarte, ¿cómo voy a llevarte y ser frágil signo de tu presencia en nuestra sociedad? Sin darte mi ser, ¿Cómo voy a ser consciente de que mi ser está en ti?

Amor V

27 de octubre
Jueves XXX

Rm 8, 30 ss  ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?

NI el propio desamor, tan frecuente, nos puede apartar de tu amor. Una mor sin principio ni fin, un amor generado antes de la creación del mundo, un amor que nos va a llevar a la plenitud en el amor, por toda la eternidad. U amor, Señor, tan real, tan lleno de vida, tan actual. Tu amor, Señor, del que nada ni nadie nos puede apartar. Porque siempre, aunque no te ame, me seguirás amando.

Amor IV

26 de octubre
Miércoles XXXI

Rm 8, 26-30 A los que aman a Dios todo les sirve para bien

Es verdad y sin embargo cuesta decir y repetir esta frase; decírmela y repetírmela. Decir desde la verdad esta verdad supone estar enraizado en tu amor, Señor, vivir desde la fe, saber que la esperanza no defrauda. Vivir cualquier circunstancia vita, social o histórica desde tu amor, Señor, supone un cambio de perspectiva que hace encontrar en la realidad, inalterable, un más allá que me deja balbuciendo, al entrar, y contemplar, el misterio de tu amor.

Amor III

25 de octubre
Martes XXX

Rm 8, 18-25 Gemimos en nuestro interior

Gimo en lo más profundo de mi ser, Señor, porque te espero y no ten tengo, porque te tengo y te anhelo, porque te anhelo y no descanso hasta que la espera se consume en la unión del amor. Mientras tanto me regalas las primicias del espíritu que, en medio de los gemidos, me hacen exclamar: ¡Abba!, padre, con amor.

Amor II

 

24 de octubre
Lunes XXX

Rm 8, 12-17 Somos hijos de Dios

Somos tus hijos, Señor, engendrados en el amor, en tu amor. Por amor nos has creado, por amor te has hecho presente a lo largo de la historia, y la has convertido en historia de salvación. Por amor nos has redimido: tanto nos has amado que nos amaste hasta el extremo de dar la vida por puro amor. Hijo tuyo en el amor.