Desierto florecido

11 de diciembre
Lunes II de adviento

Is 35, 1-10 EL desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá.

Vida abundante, gozo y regocijo, fecundidad…y una armonía infinita que se deriva de tu paz. Gracias, Señor, porque tú vienes para desmesurar toda medida y hacer que la vida florezca sin fin, transformando nuestros desiertos en vergeles de tu misercordia.