Río de fuego

1 de diciembre
Viernes XXXIV

Dn 7, 2-14 Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él

La llama de amor vivo de tu palabra. El fuego que consume y no da pena. Tu incandescencia en nuestra vida. La realidad palpable de tu fuego que enardece, en lo cotidiano y sencillo, en lo desapercibido, en lo que no cuenta. El misterio insondable de tu presencia oculta. Que me envuelve en tu fuego abrasador. Y me hace perecer.