Para siempre

12 de diciembre
Martes II de adviento

Is 40, 1-11 La palabra de nuestro Dios permanece por siempre

Así es, tu palabra permanece para siempre, y viene continuamente, adviento tras adviento, en invierno, primavera, verano y otoño, para colmar mi vida con tu bendición, y llenarme de tus maravillas. Tu palabra, Señor, fuente de vida y abundancia. Tu palabra que llega a tiempo y a destiempo, y me muestra el camino que he de seguir. Dime una palabra y quedaré sano.