16 de diciembre
Lunes III de adviento
Nm 24, 2-7 Lo veo pero no es ahora, lo contemplo, pero no será pronto
Así me tienes, Señor, entre la certeza, la inminencia y la promesa que solo se cumplirá cuanto te contemple cara a cara. Mientras tanto te veo en el hermano pobre y desamparado, y te contemplo en el que está marginado y deprimido. Tu Reino se me ofrece al alcance de la mano en el que tiene hambre, para que le de de comer, en el que tiene sed, para que le de el agua que mana de tu costado, para el que está enfermo y visito, desnudo y visto. Tu Reino, Señor, la buena noticia de la liberación. Heraldo tuyo soy, ahora, te vea o no te vea, te contemple o viva solo de tu promesa. Confío en ti.
¿De dónde vienes? ¿del fondo del infierno?
suéltate en sus manos
confía
y respira…