28 de febrero
Miércoles I de cuaresma
Lc 11, 29-32 No se le dará más signo que el signo de Jonás.
Muerte y vida. En el vientre de la ballena y en la cruz. Ese es el signo verdadero, donde se discierne la verdad de nuestra vida. De nuevo tu cruz, Señor. Tu cruz que es signo de contradicción. La cruz, signo de muerte y maldición. La cruz que escandaliza. La cruz que me cuesta abrazar. La cruz que está siempre presente en mi vida, en la sociedad, clavada en medio de las entrañas del mundo. Esta es la cruz, Señor, donde estás tú salvando.