En tu casa

26 de julio
San Joaquín y Santa Ana

Salmo 83 Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre

Es fácil, Señor, vivir en tu casa, pues tú has puesto tu tienda entre nosotros, y en santificas nuestra vida cotidiana, nuestras ida y venidas, nuestra existencia con pies de barro. Tú Señor, en nuestras casas, en nuestro campos, en las oficinas, en los comercios, en las escuelas, en las fábricas, en cualquier lugar donde un hombre o una mujer se abren a la verdad de su existencia. Así hicieron Joaquín y Ana. Así se lo enseñaron, desde pequeña, a María. Por eso pudo decir Fiat al Dios que se hacía en ella.

Bendición camino de Santiago

25 de julio
Santiago Apóstol

Hechos 5, 27-33  Testigos de esto somos nosotros

Este mes, de nuevo, realicé algunas etapas del camino de Santiago con alumnos. Testigo soy de la importancia de ser peregrino, de cómo transforma el señor nuestra vida. Cada día rezábamos esta bendición que os ofrezco:

Te pedimos te dignes bendecir a éstos hijos  tuyos que por amor a tu nombre peregrinan a Compostela. Sé para ellos compañero en la marcha, guía en las encrucijadas, albergue en el camino, sombra en el calor, luz en la oscuridad, consuelo en sus desalientos  y firmeza en sus propósitos; para que por tú guía lleguen incólumes  al término de su camino  y enriquecidos de gracias  y de virtudes vuelvan ilesos  a sus casas llenos de saludables virtudes. Por Jesucristo, nuestro Señor. Marchad en nombre de Cristo que es el Camino y rezad por nosotros en Compostela. Amén

Ojos que ven

24 de julio
Jueves XVI

Mt 13, 10-17 Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestro oídos porque oyen

Nos haces dichosos, Señor, porque nos permites contemplar tu rostro, y  ver tu belleza y tu bondad,  y observar cómo actúas, y escuchar tus palabras de vida. Nos ofreces la dicha en plenitud y sin reservas y tantas veces nos comportamos como ciegos que no ven la claridad y sordos que no escuchan las armonías de la existencia. Y teniéndote al alcance de la mano te dejamos escapar, encerrados en nuestra cerrazón. Y viendo no vemos, y escuchamos no entendemos. Perdón, Señor.

Vida santa

23 de julio
Santa Brígida, patrona de europa

Gal 2, 19-20 Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi

Ayer lo dijo María Magdalena; mañana San Sarbelio Mallüf, monje libanés que se pasó parte de su vida en la soledad de la oración y la penitencia, crucificado con Cristo. Hoy Santa Brígida, madre de ocho hijos, que tras hacer el camino de Santiago se consagra sin reservas a Cristo y recibió innumerables gracias místicas.

Hoy también tú y yo estamos llamados a ponernos delante del Señor y pedir que estas palabras se hagan verdad en nuestra vida. Para que podamos añadir: y mientras vivo en esta carne, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó hasta entregarse por mí.

Magdalena

22 de julio
Santa María Magdalena

Jn 20, 1-2.11-18  ¿Mujer, por qué lloras?

Es la pregunta de el que vive cuando se encuentra en nuestras vidas signos de dolor. Es la pregunta de el que vive cuando comprueba que andamos en tinieblas y en sombra de muerte. María Magdalena amó mucho y se le perdonó mucho. Y recibió vida. Lloró sus propios pecados junto a Jesús. Y recibió el prodigio de la misericordia, el perdón de sus culpas. María Magdalena, llena de vida, se convierte en testigo de la resurrección de Señor, del Maestro.

Humilde

21 de julio
Lunes XVI

Mi 6, 1-4.6-8 Que andes humilde con tu Dios

Nos lo dice el profeta: te han explicado el bien, lo que desea Dios de ti: simplemente que respetes el derecho, que ames la misericordia, que andes humilde con tu Dios. Respetar el derecho es hacerme consciente de mis límites y aceptar que son marcados por la sociedad; practicar la misericordia es poner al prójimo por delante de mis intereses. Andar humilde es reconocerme tierra modelada por Dios y aceptar mi verdad. Así viviré en el bien y cumpliré el deseo de Dios, su voluntad sobre mi.

Debilidad

20 de julio
Domingo XVI
Rm 8, 26-27 El espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad
Mi debilidad, Señor, que tiene distintos nombres, frutos todos del pecado, del deseo de afirmarme frente a ti y frente a los demás, del deseo de fortalecer mi ego,  de tener autonomía. MI debilidad, Señor, que pongo esta mañana junto a tus manos para que tu espíritu venga en ayuda de esta debilidad, de estas debilidades, y las remoje en el baño de tu misericordia, y las transforme para ti. Entonces sucede lo que ya me has anunciado: en mi debilidad me haces fuerte.

Amado y elegido

19 de julio
Sábado XV

Mt 12, 14-21 Sobre él he puesto mi Espíritu

Contemplarte en silencio, Señor. Empaparme del Espíritu de Dios, que reside en ti. Desear que tu espíritu me mueva y me haga, en ti, de nuevo. Mirarte a ti, el siervo, el elegido, el  amado, el predilecto. Anunciar contigo el derecho y la justicia. No porfiar, no gritar, no vocear por las calles. Anunciar tu evangelio, sin quebrar la caña cascada, ni apagar el pábilo vacilante. Como tú, en ti, gracias a ti.

Oración

18 de julio
Viernes XV

Is 38, 1-6.21-22 He escuchado tu oración

Es el convencimiento inalterable: escuchas nuestra oración, atiendes la voz de nuestras súplicas, estás atento a lo que te presentamos confiadamente, sabiendo que tú eres Dios y que tus designios no los comprendemos, que pueden no coincidir con nuestros deseos. Escuchas nuestras oración, Señor, porque nos amas y te das sin límites de amor, a cada uno de nosotros, ofreciéndonos la salvación.

De noche

17 de julio
Jueves XV

Is 26, 7-9.12.16-19 Mi alma te ansia de noche

Salgo al campo, en esta sierra de Madrid, y contemplando la inmensidad de la Via Láctea, camino de santiago que acabo de realizar por amor a tu nombre, te digo que te ansío de noche, que mi espíritu en mi interior  madruga por ti. Y reconozco que todas mis empresas las realizas tú. Y en la noche, mientras oigo croar a las ranas, y la intensidad serena que me regalas, te siento cercano, recibo tu don.