24 de julio
Jueves XVI
Mt 13, 10-17 Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestro oídos porque oyen
Nos haces dichosos, Señor, porque nos permites contemplar tu rostro, y ver tu belleza y tu bondad, y observar cómo actúas, y escuchar tus palabras de vida. Nos ofreces la dicha en plenitud y sin reservas y tantas veces nos comportamos como ciegos que no ven la claridad y sordos que no escuchan las armonías de la existencia. Y teniéndote al alcance de la mano te dejamos escapar, encerrados en nuestra cerrazón. Y viendo no vemos, y escuchamos no entendemos. Perdón, Señor.