20 de enero
Sábado II semana
Mc 3, 20-21 Su familia vinieron a llevárselo, porque creían que no estaba en sus cabales
Jesús parece, a los ojos de los suyos, un loco. Empieza su misión con la dificultad y el descrédito de su propia familia. ¿Qué sentiría al ver que entre su propia gente no era entendido, ni comprendido? Ser cristiano, no cabe duda, es un camino de locura. A veces se nos olvida. Podíamos repetir la oración de San Ignacio: quiero y elijo ser tenido por loco con Cristo, que fue tenido por tal.