Sermón del Monte VI

23 de junio
Sábado XI

Mt 6, 24-34 No podéis servir a Dios y al dinero

Porque despreciará a uno y querrá al otro; o al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo.
Por eso os digo:: no estéis agobiados por la vida, pensando en qué vais a comer o beber…
Así llega hasta mi tu Palabra y me llama a confiar en tu Providencia. Más allá.

Sermón del Monte V

22 de junio
Viernes XI

Mt 6, 19-23 Atesorad tesoros en el cielo

El tesoro de tu presencia en lo más íntimo del ser, el tesoro de tu amor, te tu misericordia, de tu compasión, de tu cercanía, de tu llamada, de tu plenitud ofrecida, derramada. El tesoro que hace rebosar mi copa, que hace descansar mi carne serena, pues mi nombre ha sido pronunciado sobre ti, Señor y Dios mío. Ese es el tesoro al que aspiro. ¿Por qué soy tan necio y me doy tan poca cuenta?

Sermón del Monte III

20 de junio
Miércoles XI

Mt 6, 1-6. 16-18 Cuando hagas limosna

Hace una semana celebrábamos el día de Cáritas diocesana. El evangelio de la viuda nos recordaba que tenemos que dar lo que necesitamos para subsistir. Eso es compartir. Eso es participar de la vida del necesitado, y tener compasión. Eso es hacer lo que tú hiciste por nosotros. Siendo rico te hiciste pobre para enriquecernos. Eso es tener compasión, entrañas de misericordia. En ti, Señor. Darnos. Y dar nuestro dinero a Cáritas.

Sermón del Monte II

19 de junio
Martes XI

Mt 5, 43-48 Amad a vuestros enemigos…

…y rezar por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Pues si solo amáis a los que os aman, ¿qué privilegio tenéis?
Llegue tu palabra a mi corazón y anide en mi voluntad, incubada por tu Gracia, que nunca me abandona. Porque si Ti, ¿de qué seré capaz?

Sermón del Monte I

18 de junio
Lunes XI

Mt 5, 38-42 No hagáis frente a quien os agravia

Para no hacer frene a quien me agravia, Señor, necesito tu gracia, y la deseo. Pues mi ego quiere tener siempre razón, se siente atacado y dolido si recibe críticas, agravios, malas miradas…y busca la venganza sutil, la daga Fiorentina que se clave con guante blanco en el centro de quien me ha provocado. Solo tú, desde la cruz, eres capaz de romper esta dinámica y hacerme entrar en tu afecto y tu perdón universal.

Sin que sepa cómo

17 de junio
Domingo XI

Mc 4, 26-34 La semilla germina y va creciendo

Sin que él sepa como, de noche. Entréme donde no supe y quedéme no sabiendo, toda ciencia trascendiendo. Así tu Palabra me hace entrar en la senda de lo insólitamente tan sencillo, tan a mano y desconocido, porque es de noche cuando sucede. En el silencio de la noche tú me haces germinar, crecer, más allá de mis cálculos, del control que quiero ejercer sobre los procesos que tú me das, sin que yo sepa cómo. Tan evidente y tan oculto.

Corazón VI

16 de junio
Corazón Inmaculado de Mraría

Lc 2, 41-51 Su madre conservaba todas estas cosas en su corazón

¿Qué es lo que guardo en mi corazón de ti? Un dardo de amor que me traspasa, que me consume, me lacera, que me mata de anhelo, que me abrasa con el abrazo de la misericordia y el perdón. Un corazón donde tu rostro se dibuja con semblantes plateados, donde tu palabra se encarna gracias al don que me llega del corazón de María.

Corazón V

15 de junio
Sagrado Corazón de Jesús

Is 12 dad gracias

Me arrullas en tu corazón, con tu palabra, y sin saberlo durante toda la semana me has ido preparando a esta fiesta, tan entrañable, has ido poniendo la semilla de tu ser todo amor, la fuente viva del domingo, la dicha del apóstol, la alegría abundante en mi corazón, donde tú solo secretamente moras, tu cuidado, la confianza sin temor, la fuerza y el poder que proceden de ti. Sacaremos aguas con gozo de las fuentes de la salvación, cuyo manantial es tu corazón, inagotable de amor. Por eso te doy gracias, y bendigo tu nombre.

Corazón IV

14 de junio
Jueves X

Salmo 64 Tú cuidas la tierra

Tú cuidas la tierra, señor, la riegues y la enriqueces sin medida. Y nosotros, la humanidad, la devastamos, la desforestamos, la contaminamos, la axfisamos, la llenamos de humo y de fluorocarbonados, la secamos, la desertizamos, la volvemos loca. ¡Cuánto más sencillo volver al ciclo natural de los brotes que son bendecidos por ti!