16 de enero
Miércoles I
1 Sm 3, 1-10.19-20 Aquí estoy
Decírtelo una y otra vez a lo largo del día de hoy: Aquí, estoy. Repetirlo como un rosario de abandono y disponibilidad. Atarme a estas palabras para ofrecerte mi ser y mi obrar, mi deseo y realidad, mi presente y mi futuro, todo lo que soy y tengo, sin reservas ni otra voluntad que buscar la tuya: “Aquí estoy, Señor, porque me has llamado” Qué fácil me es escribir y decir, qué difícil vivir así.
Aquí estoy, Señor, para hacer Tu Voluntad.
Resulta fácil decirlo cada día como oración pero a fuerza de repetirlo durante años, cuando llega la adversidad o una época dura, las palabras se hacen realidad y aceptas. Si Él lo permita será lo mejor.
Él es Padre.