Ábrete

9 de febrero
Viernes V

Mc 7, 31-37 Effeta

Ábrete a mi presencia en tu día a día, ábrete a mi misericordia, ábrete a mi amor, ábrete al hermano que está solo y desamparado, explotado o deprimido, a aquél que no entra en tu cerrazón, ábrete al caudal de vida que te ofrezco cuando te olvidas de ti mismo y entras en la dinámica del evangelio.

Entero

8 de febrero
Jueves V

I Re 11, 4-13 Su corazón no fue por entero del Señor, su Dios

Es lo que nos dice que le pasó a Salomón, cuando llegó a viejo. Con el pasar de los años se pierde radicalidad en la entrega, ardor en la pasión enamorada, calor en el deseo. Y ahí está tu palabra para recordar que es necesario, Señor, volver siempre al amor primero, y entregarte, cada día, y sin reservas, mi corazón, mi alma, mi mente, todo mi ser.

desde dentro

7 de febrero
Miércoles V

Mc 7, 14-23 Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre

Gracias por recordármelo. Nada que entre de fuera me puede hacer impuro. Lo que es impura es mi mirada, y mi corazón, de donde salen todos mis prejuicios, los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. La realidad es la que es. Es mi mirada el filtro. Y mi corazón el que la interpreta según lo que anida en él. Dame, señor, tu pureza de intención.

Presencia

5 de febrero
Lunes V

I Re 8, 1-7.9-13 La nube ya había llenado el templo del Señor

Tu presencia. Llenándolo todo. Llenándome todo. Abarcando todos los espacios de mi vida. Hasta los más recónditos. Haciéndome tuyo. Sin reservas, sin limitaciones, sin fin. Expandido en ti, haz que te manifieste en todo tiempo y momento. En tus manos.

Heraldo

4 de febrero
Domingo V

I Cor 9, 16-19.22-23 ¡Ay de mi si no anuncio el evangelio!

¡Ay de mi si no anuncio el evangelio de la alegría, en el que tú me has dado la vida, me has hecho crecer vocacionalmente, en el que me mantienes, en el que experimento, cada día, la fuerza de tu bondad, de tu amor lleno de ternura y misericordia!¡Ay de mi si no proclamo lo que recibo!¡Ay de mi cuando me quedo silencioso y cómodo en mis cuarteles! Solo tu fuerza es la que me moviliza y me convierte en tu heraldo, para proclamar tus grandezas.

A solas

3 de febrero
Sábado IV

Mc 6, 30-34 Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco

Dos condiciones verdaderas para un descanso en ti: la soledad contigo, el lugar desierto. Sin otra luz ni guía que la que en el corazón arde. Centrado en tu persona, desprendido. Allí, en el desierto, en la soledad, me sigues seduciendo. Y quiero dejarme seducir. Así te conviertes en mi verdadero descanso. En tus manos estoy.

Consagrados

2 de febrero
Jornada mundial de la Vida Consagrada

Lc 2, 22-40 Porque mis ojos han visto a tu Salvador, luz para alumbrar

Mis ojos te han visto porque tú me has visto, y visitado de lo alto, como luz que alumbra mis tinieblas. Mis ojos te han visto, Señor, y aquí estoy, unido a ti por la profesión religiosa, en la Compañía de María. Gracias por el don que nos haces, gracias por el don de la vida religiosa dentro de la Iglesia, gracias por tanta vida recibida y donada, y por esta crisis de disminución radical que sufrimos. Estamos en tus manos, tú sabrás.

Desnudos

1 de febrero
Jueves IV

Mc 6, 7-13 Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más

Y nada más. Deprendidos de todo, sin nada. Así es como envías a los apóstoles para predicar, con autoridad sobre los espíritus inmundos. Así es como tu fuerza se hace más evidente: desde la pobreza, la debilidad, la fragilidad…Es lo que me cuesta tanto comprender, y por eso te pido Señor, ayuda.