7 de febrero
Miércoles V
Mc 7, 14-23 Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre
Gracias por recordármelo. Nada que entre de fuera me puede hacer impuro. Lo que es impura es mi mirada, y mi corazón, de donde salen todos mis prejuicios, los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. La realidad es la que es. Es mi mirada el filtro. Y mi corazón el que la interpreta según lo que anida en él. Dame, señor, tu pureza de intención.