Incognoscible

6 de noviembre
Lunes XXXI

Rm 11, 29-36 ¿Quién conoció la mente del Señor?

Pues no eres, Señor, como yo te pienso, no dependes de cuanto espero de ti, alteras mis expectativas, pues eres el Dios vivo. Al que adoro. Hago oración con la homilía del papa al clausurar, la semana pasada, el sínodo. Eres un Dios que descolocas y me dices: Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.