Eco

25 de junio
Sábado XII
Mt, 5-7 Que se cumpla lo que has creído

Le dices esta frase al centurión que desea la sanación de su esclavo. La aplico hoy a mí, y con ella hago eco de esta semana. Quiero creer en tu comunión de amor, Trinidad santa. Quiero creer y confiar en ti, salir de mi tierra y de mi casa, seguir tu promesa; quiero entrar por la puerta estrecha, convencido de que a través de ella encuentro la vida. Quiero dar fruto cumpliendo tu voluntad, Señor. Quiero que pongas tu mano sobre mí, una vez más.

Tu mano

24 de junio
Natividad de San Juan Bautista
Lc 1, 55-66.80 La mano del Señor estaba sobre él.

Tu mano, Señor, en la cabeza, llenando la mente con tu Espíritu. Tu mano en mi corazón, acariciando con ternura las entrañas, alentando la vida. Tu mano, Señor, en mi mano, para dar a manos llenas la vida que tú me das. Tu mano, Señor, en mi boca, para purificar mis labios y puedan proclamar que estás entre nosotros.

Tu mano, Señor, desde el nacimiento, en la vida de San Juan.

Señor Señor

23 de junio
Jueves XII

Mt 7, 21-29 No todo el que dice Señor Señor entrará en el reino de los cielos
Como yo lo digo tan frecuentemente, por oral, por escrito, me pregunto hoy si además de invocarte cumplo tu voluntad, y cómo la hago mía cada día. Señor, Señor, ten misericordia de mí.

Tomás Moro

22 de junio
Miércoles XII
Mt 7, 15-20 Por sus frutos los conoceréis

Acabo de terminar de leer las cartas que Santo Tomás Moro, cuya  memoria celebramos hoy, envía, estando prisionero, desde la Torre de Londres, a sus hijas y algunos conocidos. Antes morir que ir en contra de su conciencia, donde estabas tú guiándole a la vida.  Sus últimas palabras fueron: “Muero siendo el buen siervo del Rey, pero primero de Dios” Y es que no se puede servir a dos señores…

Puerta estrecha

21 de junio
Martes XII

Mt 7, 6.12-14 Entrad por la puerta estrecha

Nadie en su sano juicio entra por la puerta estrecha pudiendo entrar por la puerta ancha. Sin embargo tu Palabra es clara y radical: ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida. Quiero seguir recibiendo vida en Ti, Señor, vida en plenitud.

Sal de tu casa

20 de junio
Lunes XII

Gen 12, 1-9 Sal de tu tierra y de la casa de tu padre

Escucho este mandato tuyo, Señor, y lo interiorizo, lo hago carne en mi carne, deseo en mi deseo, entrega en mi entrega a ti. Escucho tu palabra, Señor, que me llama a moverme, a desinstalarme, y pongo confianza y disponibilidad. Y junto a ti pongo a todos los que tienen que dejar sus hogares y su tierra por causa mayor: guerra, persecución, hambruna, emigración…que en Ti encuentren su Tierra Prometida.

Trinidad

19 de junio
La Santísima Trinidad
Jn 3, 16-18 Tanto amó Dios al mundo

Puesto ante ti, Trinidad santa, llena de amor, te adoro. Tanto amas al mundo que cada día envías al Hijo, por la fuerza del Espíritu, en el pan y el vino, transformados en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Tato amas al mundo que no deseas que perezca ninguno, sino que tengan vida eterna, vida abundante, vida en Ti, Trinidad santa, Trinidad de amor, a la que adoro.

Providencia

18 de junio
Sábado XI

Mt 6, 24-34 No estéis agobiados…

El canto a tu providencia: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
Que confíe en tu providencia, Señor.

Tesoros

17 de junio
Viernes XI

Mt 6, 19-23 No atesoréis tesoros en al tierra

Y sin embargo, a pesar de la sabiduría de tu consejo, los seguimos atesorando. Guardamos, acumulamos, nos llenamos de cosas, cacharros, cachivaches. Ponemos nuestra seguridad y nuestra garantía en lo que hoy es y mañana ha desaparecido. Tardo e inútiles somos para comprender tu verdad, Señor, la riqueza a la que nos llamas.

Sumo y eterno sacerdote

16 de junio
Jesucristo Sumo y eterno sacerdote
Lc 22, 14-20 Esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros.

En ti, Jesús, recibo tu cuerpo entregado y tu sangre vertida. En ti recibo la llamada a hacer lo mismo que tú haces, entregar la vida. En ti participo de la vocación a unir lo humano y lo divino, en lo concreto y cotidiano de cada día. En ti, Señor, y en la fiesta de hoy, que nos recuerda el misterio de tu encarnación divina para hacernos participar de tu divinidad a los  seres humanos.