María del Magnificat

19 de enero
Sábado I

Hb 4, 12-16 La palabra de Dios es viva y eficaz

Quiero hoy acoger tu Palabra, tan viva, tan real, tan transformadora, acogerla de una manera especial, como lo hizo María. Quiero acoger hoy tu Palabra para proclamar tu grandeza, para alegrar mi espíritu en Ti, mi Salvador. Hacerlo con el Magníficat. María del Magníficat, hoy, tiene sabor de nueva vida, de vida ofrecida a ti, de vida bendecida por Ti. María, que nos muestra el verdadero camino de la vida cristiana, que nos ayuda a ver la realidad con ojos de fe, a ir más allá, en un canto que se extiende de padres a hijos, de generación en generación. Magnificat amina mea Dominum.

Buena Noticia

18 de enero
Viernes I

Hb 4,1-5.11 También vosotros habéis recibido la buena noticia

También nosotros te hemos recibido a ti, Señor, buena noticia para nuestra existencia, tierra fecunda, raíz que nos enraíza en el ser verdadero. Buena noticia de tu misericordia, de tu salvación, de tu luz, de tu paz, de tu amor, de tu verdad. Buena noticia de tu amor en plenitud por nosotros. Buena noticia que nos impele a amar al prójimo como a nosotros mismos. Tu buena noticia, tú mismo, llegas hasta mí, te recibo: ¿cómo te acojo?

Animaos

17 de enero
Jueves I

Hb 3, 7-14 Animaos los unos a los otros
Animarnos unos a otros con espíritu de fe, con esperanza, con la caridad. Animarnos compartiendo en comunidad la oración. Animarnos participando de tu cuerpo y de tu sangre en la eucaristía. Animarnos recibiendo la vida, en la Iglesia. Animarnos unos a otros para no desfallecer en tu seguimiento, para ayudarnos, para comprendernos, para perdonarnos, para darnos la paz que procede de Ti, para no dejar que nadie a nuestro alrededor pase necesidad. Animarnos desde aquí, escuchando tu Palabra y poniéndola en práctica.

Compasivo y fiel

16 de enero
Miércoles I

Hb 2, 14-18 Compasivo y fiel

Al leer la primera lectura acuden a mí estas dos palabras que te definen, Señor, como mediador y salvador nuestro. Compasivo y fiel, en tu palabra, en tu actuar, en tu mirada, en tus manos, en tu ser amor para nosotros. Compasivo y fiel me invitas a ser, deseando tener los mismos sentimientos que tuviste tú, deseando seguirte en verdad. Dame tu gracia, que ella me basta.

Todo

15 de enero
Martes I

Hb 2, 5-12 Dios, para quien y por quien existe todo

No se puede decir más con menos palabras, Señor. Déjame rumiar esta afirmación que me trasciende, que me abre la misterio de tu presencia, de tu ser origen y fin, de tu estar en todo y sobre todas las cosas, reclamando el amor exclusivo que se extiende, en ti, a todo ser viviente. Totalidad, exclusividad…déjame reposar tu Palabra más allá de mi mente, anidarla en lo más recóndito de mi ser, para que me trasnforme en ti.

El plazo

14 de enero
Lunes I

Mc 1, 14-20 Se ha cumplido el plazo…

Me urges, Señor, se ha cumplido el plazo, está cerca, más cerca imposible, está cerca tu reino. Me urges a convertirme a creed en el evangelio, a ir contigo por los caminos de mi historia, por las veredas del mundo. Invitado, llamado, amado, establecido. ¿A qué espero?

Bautismo de Jesús

13 de enero
El bautismo de Jesús

Lc 3, 15-16.21-22 Tú eres mi hijo, el amado, el predilecto

Me pongo en el corazón de Jesús para escuchar, desde las entrañas de la tierra, esta declaración de amor que haces a la humanidad en la carne de Cristo. “Tú eres mi hijo, el amado, mi predilecto”, y me siendo amado por ti, Padre del amor hermoso. Comprendo, de una manera misteriosa y oculta, que tu amor se derrama incesantemente sobre todos los seres, que tu predilección alcanza a las nubes. Bañado soy por las aguas de tu inmensa misericorida.

Menguar

12 de enero
Sábado después de epifanía

Jn 3, 22-30 El tiene que crecer y yo tengo que menguar.

¡Cuánta verdad! Con la certeza de que es la única posibilidad para que mi alegría esté colmada. Escuchar la voz del esposo que me pide menguar, y menguar. Alegrarme al ir desaparenciendo, para encontrar en ti mi ser de verdad.

Te sacia

11 de enero
Viernes después de Epifanía

Salmo 147 Te sacia con flor de harina

Con flor de harina, con miel silvestre, con el rocío de los campos, con el maná del cielo, con manjares suculentos, con vinos generosos, con trigo y leche de balde, así sacias a los que te aman y pregonan tu nombre, heraldos de tu reino, entre otras Adela de Tranqueleón, fundadora de las religiosas marianistas, cuyo tránsito hacia tu gloria acabamos de celebrar. A todos los que te buscan, aún sin saberlo, ofreces colmarles de bienes, de dicha en abundancia. Gracias.

Mentiroso

10 de enero
Jueves después de Epifanía

I Jn 4, 19-5,4 Es un mentiroso

Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso. Pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve.
Es tan evidente, Señor, y me cuesta tanto comprenderlo. Consúmeme en tu amor hacia mis hermanos.