Mi acción

6 de noviembre
Viernes XXXI
Rm 15, 14-21 Mi acción consiste en anunciar el evangelio de Dios

A eso me llamas, Señor, a ser heraldo de tu evangelio, a proclamar la buena noticia de tu salvación, a tiempo y a destiempo. En todo momento. En mi debilidad, en mi pobreza, desde mi pecado. Llamado y bendecido a una misión que excede y traspasa mis fuerzas, que realizas tú en mi, que realizo por tu misericordia, con la fuerza de tu gracia. En tus manos, Señor.

11.06

Para sí mismo

5 de noviembre
Jueves XXXI
Rm 14, 7-12 Ninguno de nosotros vive para sí mismo

Si vivimos, vivimos para el Señor. Mi vida en Ti, Señor Jesús. Desde el momento de su concepción. Como don de amor. Desde que me levanto, y abro los ojos a la vida, hasta que me acuesto y cierro los ojos para resucitar a un nuevo día. En la vigilia y en el sueño. En todo momento. En cada latido del corazón. En cada respiración. Sea o no consciente, vivo de tu amor. Si vivo, vivo para Ti, Señor.

11.05

Renunciar

4 de noviembre
Miércoles XXXI
Lc 14, 25-33 El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

Me gustaría pedirte; señor, que me hicieras renunciar solo a unos pocos bienes, a los que puedo prescindir más fácilmente, a los que no dejan de ser anécdotas superficiales en mi vida, a los que no presto mayor consideración o importancia. Sin embargo Tú pides todos los bienes, me pides a mí mismo para seguirte, un día más. ¿Qué te ofrezco hoy?

11.04

Caridad

3 de noviembre
Martes XXXI
Rm 12, 5-16 Que vuestra caridad no sea una farsa

Aborreced lo malo, apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad no seáis descuidados; en el espíritu manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres. Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración.

Rumio tu Palabra hoy, Señor, la dejo ser en mi.

11.03

Difuntos

2 de noviembre
Conmemoración de los fieles difuntos
Jn 14, 1-6 Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios

Ante la muerte, percibiendo su presencia o cercanía, imaginándola rondar nuestra vida, todos tememos, tiembla nuestro corazón. La certeza de morir nos entristece. Creer en Ti, Señor, camino, verdad y vida para ir al Padre nos abre la puerta a otras moradas en el más allá que nos hacen más reales y auténticos en nuestro aquí y ahora. Que nuestros difuntos estén contemplando ya la luz de tu rostro.

 11.02

Dichosos…

1 de noviembre de 2009
Todos los Santos
Mt 5, 1-12 Dichosos los pobres de espíritu…

…porque de ellos es el Reino de los cielos. A eso solo llamados en nuestra vida cristiana. A la dicha, a la felicidad, a la bienaventuranza. A gustar y beber de las fuentes de la plenitud, que lleva a la santidad. A dejar las riquezas que revisten el propio ego y a ser pobre, sencillo, humilde, como tú, Señor Jesús. Felices y santos en ti, por ti, para ti.

11-01

 

Ultimo puesto

31 de octubre
Sábado XXX

Lc 14, 1.7-11 Vete a sentarte en el último puesto

¡Qué difícil! Allá, donde nadie me vea, donde nadie perciba la importancia con la que yo me juzgo a mi mismo, donde nadie aprecie los ropajes con los que me disfrazo, las vanidades que creo me embellecen. Dame, Señor, el estar en el último puesto, tan lejano a mí, e incluso olvidarme de que estoy allí. Que la humildad brote del amor y del olvido. 

10.31

Gran pena

30 de octubre
Viernes XXX

Rm 9, 1-5 Siento una gran pena y un dolor incesante en mi corazón

Así escribe San Pablo, refiriéndose a su pueblo, a su historia, a su ser. El ha ido más allá y ha conocido el misterio de Cristo. Se ha tenido que despojar de lo que hasta entonces había sido lo más constitutivo de su ser persona. Lo ha dejado todo por Ti. Y me pregunto, ¿cuáles son las penas y dolores de corazón que me producirán dejarlo todo por ti? La respuesta la pongo en tus manos.

 10.30

¿Quién en contra?

29 de octubre
Jueves XXX

Rm 8, 31-39 Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?

Qué Tú estás con nosotros es una evidencia.  Así te llamas, Emmanuel. ¿Por qué temo, Señor, a la muerte y a las muertes cotidianas, a las aflicciones, a las angustias, a cualquier tipo de persecución real o imaginaria a la desnudez, al peligro, a la espada? ¿Quién puede hacerme algo en la verdad de mi vida si tu eres mi verdad y mi amor? ¿Quién puede estar contra mí si estás conmigo?

 10.29

Orando

28 de octubre
Miércoles XXX
Lc 6, 12-19 Pasó la noche orando a Dios

Hazme, Señor, un hombre de oración. Úneme a tu oración silenciosa, en soledad. A tu oración abandonada y confiada en manos del Padre. A tu oración sencilla, sin palabras, confiada. A los latidos de tu corazón orante. Úneme a ti, Dios mío, para que desaparezca en ti y sea manifestación de tu evangelio, de la buena noticia de tu amor y salvación en el mundo.

 10.28