Bartimeo

25 de octubre
Domingo XXX
Mc 10, 46-52 El ciego Bartimeo…

Tantas veces, Señor, estoy ante ti como el ciego Bartimeo, al borde del camino, sin caminar por el sendero de la vida, sin participar del flujo de bien que pasa por delante de mí, sin ver. A veces, incluso, ni capaz soy de pedir limosna, creyendo que todo lo poseo.  Pero se que pasas tú y desde lo más dentro comienzo a gritar: “Señor Jesús, ten compasión de mi”

 10.25

Inhabitado

24 de octubre
Sábado XXIX

 

Rm 8, 1-11 …el mismo Espíritu que habita en vosotros

Hacerme consciente, una vez más, Señor, que tu Espíritu habita en mi, que soy habitación para ti, donde pones tu morada. Tomar conciencia, Señor, de lo sagrado de nuestro ser personas, templos tuyos. Mirar a los demás como sabiendo que tú estás en ellos. Mirarme consciente de ti. Y amar al prójimo como a mi mismo. O más. Pues es amarte a Ti en él.

10.24

Contradicción

23 de octubre
Viernes XXIX
Rm 7, 18-25 Porque el querer lo bueno lo tengo a mano, pero el hacerlo no.

El bien que quiero hacer no lo hago, el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago. Entonces, si hago precisamente lo que no quiero, señal de que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí.
¡Qué ciertas estas palabras de san Pablo! ¡Qué reales! Señor, al igual que San Pablo puedo suscribir estas palabras. Y ponerme ante Ti, para que lo bueno que quiero hacer lo realice con la ayuda de tu gracia.

10.23

Fuego

22 de octubre
Jueves XXIX
Lc 12, 49-53 He venido a prender fuego en el mundo…

…y ojalá estuviera ya ardiendo, nos dices en el evangelio de hoy. Me quedo un poco confuso ante tus palabras, Señor, y no se bien cómo entenderlas. Miro a mi alrededor, al mundo, y veo muchos fuegos que lo están consumiendo y devorando. Fuego de la guerra, del hambre, de la enfermedad, del consumo, de la falta de libertad, del sin sentido. Ya está ardiendo el mundo. ¿Qué me dices?

 10.22

Deseos

21 de octubre
Miércoles XXIX
Rm 6, 12-18 No seáis súbditos de los deseos del cuerpo

Que no me dominen estos deseos. Que no me esclavicen. Que no me atrapen compulsivamente. Que no tengan rienda suelta en mi imaginación. Que no me enreden. Que no me separen de Ti, Señor. Por eso necesito bien conocerlos y ofrecértelos, implorando tu ayuda. Líbrame del mal, de mi propio mal Señor.

10.21

Que el Señor vuelva

20 de octubre
Martes XXIX

Lc 12, 35-38 Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva

Así quiero estar: vigilante, atento, dispuesto, preparado, en vela, con la luz encendida, deseando recibirte, cumplir tu palabra, servirte. Así deseo estar cuando me vence el sueño, el cansancio, el escepticismo, y dejo que mis deseos se vayan adormilando, y que el relente de la noche apague la lámpara de mis buenas intenciones. Por eso deseo, Señor, que tu gracia me sostenga ya acompañe.

10.20

 

Los bienes

19 de octubre
Lunes XXIX

Lc 12, 13-21 Su vida no depende de sus bienes

¡Qué verdad encierran estas palabras, Seño! Y sin embargo cuántas veces las ignoramos o vivimos como si fuesen mentira, como si no tuvieran nada que ver con nuestra realidad. Acumulamos, codiciamos, buscamos seguridades en los bienes materiales, nos empeñamos en un consumo desordenado…”necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?”

 10.19

¿Qué quieres que haga por ti?

18 de octubre
Domingo XXIX
Mc 10, 35-45 ¿Qué queréis que haga por vosotros?

Muy a menudo, Señor, me doy cuentas que me haces esa pregunta. Te contesto como tantos hombres o mujeres que se acercaron a ti: Señor, que vea; Señor, perdona mis pecados; Señor, que cese mi flujo de sangre por donde se me va la vida; Señor….Otras muchas veces te contesto desde mi ego que quiere ser reafirmado: Señor, dame el sentarme a tu derecha, Señor, haz que sea reconocido, que….Y tú escuchas mis súplicas, Señor, y me das lo que más me conviene.

 10.18

Defender la vida

17 de octubre
Sábado XXVIII
Rm 4, 13.16-18 El Dios que da la vida

Reconocer la vida como don tuyo. Protegerla, defenderla. Aceptarla como una bendición.  Promulgar el derecho a la vida, no a la muerte. Atacar la cultura de la muerte, en todas sus manifestaciones, tan presentes en nuestra sociedad. Hoy, en Madrid, defender el derecho a la vida de los no nacidos. El aborto no es un derecho. Es una ignominia en una sociedad que no te reconoce, Señor, como fuente de vida.

10.17

El refugio

16 de octubre
Viernes XXVIII

Salmo 31 Tu eres mi refugio, me rodeas de cantos de liberación

Pongo mi vida en tus manos a través de las palabras y frases de este salmo, y dejo que vayan desgranando en mi interior actos de abandono y confianza en ti, agradecimiento por tu presencia y tu misericordia:  Tú eres mi refugio, tú perdonaste mi culpa y mi pecado, alegraos, justos, y gozad con el Señor.

10.16