12 de noviembre
Sábado XXXI
Lc 18, 1-8 Para enseñarles que es necesario orar siempre, sin desfallecer
Que mi oración, Señor, sea como el eco de mi respiración y el latir de mi corazón. Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de mí, que soy un pecador.