17 de noviembre
Viernes XXXIII
Salmo 18 El día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra
Y en este susurro sin voz, que pregona tu gloria, y llena la creación, me meces en tu amor y tu ternura, me dejas dormido, rendido en tu hermosura. Y quedo quieto, en tu paz portentosa, sin otra voz que tu silencio fecundo, en mi lengua herida.