Vigilancia y calma

13 de julio
Martes XV

Is 7, 1-9 ¡Vigilancia y calma!

Este grito del profeta Isaías llena hoy este breve tiempo de oración, que quiere prolongarse a lo largo del día. Vigilancia y calma. Vigilar para que los criterios de nuestro mundo no empañen mis deseos de ti; vigilar, atento al despertar de tu aurora en mi vida. Calma, también, pues no hay que temer, tú estás conmigo.
Vigilancia y calma, para el día de hoy.

Encontrar y perder

12 de julio
Lunes XV

Mt 10, 34 ss El que encuentre su vida la perderá…

Y el que pierda su vida por mi la encontrará. Rumiar esta frase, Señor, llena de paradojas. Ponerse delante de ti, en la cruz, y pronunciarla. Contemplar tu figura resucitada, y dejar que vaya calando en mi corazón. Dejarme mirar por ti, dejar que pronuncies mi ser, diciendo: “el que encuentre su vida, la perderá y el que `pierda su vida por mi la encontrará”

Pregunta

11 de julio
Domingo XV

Lc 10, 25-37 ¿Qué hay que hacer para heredar la vida eterna?

Esta pregunta, que te hace el maestro de la ley, me la devuelves a través de tu Palabra, que se dirige a mí y me interroga: ¿Qué haces para heredar la vida eterna? ¿Aspiras a la vida eterna? ¿Qué relación pones entre la vida eterna y la actual? Y resuena la respuesta: amarás al Señor tu Dios con todo tu ser…y al prójimo como a ti mismo.”

Discípulo

10 de julio
Sábado XIV

Mt 10, 24-33 Un discípulo no es más que su maestro

No soy digno, Señor, de desatar las correas de tus sandalias. Y si tú, el Señor, el maestro, te has hecho pobre…¿cómo puedo ser yo rico? Si te has puesto en el lugar de los últimos…¿cómo puedo querer ser de los primeros? Si te has hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz…¿cómo pretendo vivir buscando ante todo mi voluntad, esquinando la cruz? Preguntas para poner ante ti, a la luz de tu amor y tu mirada llena de misericordia.

 

Rocío

9 de julio
Viernes XIV 
Os 14, 2-10 Seré para Israel como rocío 
Vuelvo a dejar que tu Palabra me llene de poesía, me nutra y me recree, al tomar conciencia de tu amor que enriquece mi vida, que la llena de vitalidad, de frescor, de fecundidad, de hermosura:  “seré para Israel como rocío, florecerá como azucena, será su esplendor como el olivo, como un ciprés frondoso. De mi proceden tus frutos”. Así es, Señor. Y quedo en Ti. 

Correas de amor

8 de julio
Jueves XIV

Os 11, 1-4.8-9 Con correas de amor lo atraía

Oseas usa ahora la imagen del amor filial para mostrar el amor que tú nos tienes, a pesar de las muchas infidelidades. Saboreo  estas palabras y las llevo al corazón, para que tu amor me fortalezca: “le enseñé a andar, lo alaba en brazos, él no comprendía que yo lo curaba, le daba de comer. Se me conmueven las entrañas. Con correas de amor lo atraía”.

Ovejas descarriadas

7 de julio
Miércoles XIV

Mt 10, 1-7 Id a las ovejas descarriadas de Israel

Eres claro, Señor, y nos envías a las ovejas descarriadas de Israel, a proclamar que el reino de los cielos está cerca. Nos envías como a los apóstoles, cuyos nombres hemos recordado en el evangelio de hoy. Preferir a los que no están sobre los que están, a los que no conocen sobre los que conocen, a los que rechazan habiendo conocido algo, no a Ti, que no les ha convencido. ¿Quiénes son las ovejas descarriadas? Tus preferidos.

Vientos y tempestades

6 de julio
Martes XIV

Os 8, 4-7.11-13 Siembran vientos y cosechan tempestades

Hoy me sorprendo encontrando este refrán castellano como profecía de Oseas, como Palabra tuya, Señor. Es verdad. El que siembra generosamente, generosamente cosechará. El que lo hace tacañamente, tacañamente cosechará. El que siembra vientos, recoge tempestades. ¿Qué siembro yo para ti, Señor?

Cortejar en el desierto

5 de julio
Lunes XIV

Os 2, 16-18.21-22 Yo la cortejaré

Hermosa expresión para hablar del requerimiento de amores. Me cortejas en el desierto, Señor, en la soledad poblada de aullidos, en el silencio, en la sequedad, en la pobreza, en la carencia de recursos. En la desnudez y en el vacío me vuelves a ti y me hablas al corazón. “Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le  hablaré al corazón… me casaré contigo en fidelidad y te penetrarás del Señor”

La mies

4 de julio
Domingo XIV

Lc 10, 1-12.17-20 La mies es mucha los obreros son pocos

Rogad pues al obrero de la mies que envíe obreros  a su mies. Orar.  Pedir por las vocaciones a la vida religiosa, al sacerdocio. Pedir también laicos comprometidos en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Pedirte, Señor, para que tú nos des. Para que tú sigas manteniendo la Iglesia, joven y rejuvenecida por tu don. Y que la petición que te hago impulse el  compromiso con la vocación que me regalas.