Roca

26 de junio
Jueves XII
Mt 7, 21-29 Se parece a aquél que edificó su casa sobre roca

Tú la roca, tú el baluarte, tú el cimiento, tú la piedra angular, tú la fortaleza, tú el abrigo, tú el amparo, tú la consistencia de mi vida, tú la raíz, tú el origen, tú el destino, tú la verdad, tú la vida.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece al hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.

06.26

Frutos

25 de junio
Miércoles XII

Mt 7, 15-20 Por sus frutos les conoceréis

Porque al igual que no se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos, tampoco se cosecha misericordia si no se está en tu misericordia, ni bondad si no se está unido, de alguna manera invisible a los ojos, a ti. Ni hay verdadera alegría si no se vive el evangelio en plenitud, ni hay plenitud si no se está arraigado en la fuente de la vida. Y así es, aunque no terminemos de creerlo, ni lo parezca en este mundo tan singular.

06.25

Juan

24 de junio
Natividad de San Juan Bautista

Lc 1, 57-66.80 La mano del señor estaba con él

Tu mano. Que acaricia, que acompaña, que fortalece, que anima, que muestra, que ama. Tu mano y todo tu ser estaban con Juan, en su infancia, en su juventud, cuando fue al desierto y en el silencio y la soledad fue solo tuyo, le sedujiste y se dejó seducir, le forzaste y le pudiste para que desapareciera y te mostrara, para que tu aparecieras como Palabra desde su voz que clama en medio de la nada. Así Juan. Así estás con cada quien que se derrota ante ti, y desaparece para ser tuyo.

06.24

Sencillo y tierno

23 de junio
Lunes XII

Mt 7, 1-5 No juzguéis

¡Qué difícil, Señor, no juzgar! Juzgo porque me creo superior, porque creo que nadie hace las cosas como yo, porque soy impaciente, porque no confío en el otro, porque tengo una mirada que no abarca horizontes inconmensurables, porque no miro desde tus ojos de misericordia, porque no amo como tú. No juzguéis y no os juzgarán, me dices, pero sigo juzgando. Dame sencillez, dame humildad, dame tu verdad, dame tu amor para amar.

06.23

Corpus

22 de junio
Corpus Christi

I Cor 10, 16-17 Comemos todos del mismo pan

Ser tu cuerpo entregado. Ser tu sangre derramada. Acercarme a ti y dejar que tu cuerpo me haga tuyo, que tu sangre me de la vida. Derramar mi sangre junto a la tuya, para hacer fértil la entrega de tu misericordia. Adorarte en tu cuerpo, y quedar transformado en el silencio de tu amor. Acercarme a tu eucaristía y ser en ti comunión para la vida sin fin.

06.22

Pájaros

21 de junio
San Luis Gonzaga

Mt 6, 24-34 Mirad a los pájaros

Mientras te escribo, Señor, esta oración matutina, no veo los pájaros pero escucho su piar de gorriones urbanos, mientras el murmullo de la ciudad se amortigua por la hora temprana y el carácter de casi fiesta que tienen los sábados. Sin verlos se que vuelan, y que en su volar te alaban. Ni siembran, ni siegan, ni almacenan, y sin embargo tú los alimentas. Y con su piar, que no miro, cantan tu gloria.

06.21

Sin palabras

19 de junio
Jueves XI

Mt 6, 7-15 Cuando recéis no uséis muchas palabras

Sólo te digo hoy la canción de la música silente, con la que el poeta ha vestido mi oración: «sólo quisiera escribir mis palabras con silencios: escribir el poema sin palabras. Solo quisiera musitar el poema como plegaria de silencio en el silencio». Para ti silencio, con palabras, donde tu escribes sin palabras.

06.19

Escondido

18 de junio
Miércoles XI

Mt 6, 1-6.16-18 Cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido

Cierro la puerta y despliegas tu universo, sin que acierte a verlo. Gracias.
Cierro la puerta, en soledad, y tu compañía llena de gozo la humanidad postrada.
Cierro la puerta, en silencio, y tu palabra canta como el ruiseñor en la noche, y nada suena.
Cierro la puerta y desaparezco en ti que desapareces. Gracias.

06.18

Enemigo

17 de junio
Martes XI

Mt 5, 43-48 Amad a vuestro enemigos

Muy desprendido de mi tengo que estar para amar a mis enemigos, o a mis adversarios, o a quien considere que van en contra de mis intereses, por los que me sienta amenazado. De hecho me pregunto, Señor, por quien me siento amenazado, o qué intereses tengo, si tú eres mi bien, si tú eres el lote de mi heredad, si mi suerte está en tus manos. En fin..despréndeme de mi mismo y hazme entrar en la lógica de tu amor en la cruz.

06.17