Destrucción

27 de noviembre
Martes XXXIV

Lc 21, 5-11 Todo será destruido

Nada puede ser destruido si no hay nada más que el todo que permanece en ti. Todo puede ser destruido cuando todo es la superficialidad, la banalidad, la inconsistencia, lo insustancial, lo efímero, lo caduco de la vida donde ponemos nuestros apegos. No quedará piedra sobre piedra, todo será destruido. Solo tú, en la intimidad más íntima del ser, allí en la profundidad donde renace la paz, solo tú permaneces por los siglos de los siglos. Amén.

3 opiniones en “Destrucción”

  1. Señor, el hombre se auto destruye, cunado deja su vida al libre albedrío.
    Tú, no nos has creado para la perdición, somos los hombres los que no sabemos andar por el camino que da Vida. ¡Quiero seguir tus caminos y gozar de Tú compañía!

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