Luz II

14 de noviembre
Lunes XXX

Lc 18, 35-43 Jesús, hijo de David, ten compasión de mí

Hacer mía, Señor, la oración de ciego sentado al borde del camino. Hacerla reconociendo mis cegueras, sabiendo que necesito pedir limosna –pues todo es don- , poniéndome delante de ti y contestando con sencillez, y deseo, a la pregunta que me haces: ¿Qué quieres que haga por ti? Señor, que vea otra vez al amparo de tu luz.

Luz I

13 de noviembre
Domingo XXX

I Tes 5, 1-6 Sois hijos de la luz

Somos hijos en el Hijo, Luz de luz, luz que ilumina a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, luz que viene de lo alto, luz que para alumbrar a todos los pueblos, luz transfigurada…luz que penetras en lo más íntimo de mi ser y me iluminas. Desjo las palabras, me expongo a tu luz.

Encontrar fe

12 de  noviembre
Sábado XXXII

Lc 18, 1-8 Cuando venga el Hijo del hombre…

¿encontrará fe en esta tierra? No me quiero ir por las ramas, Señor, de contestar esta pregunta mirando a los demás, a nuestra sociedad, a nuestro mundo. Simplemente te pido que me ayudes a descender a lo más íntimo de mi ser y allí dejarme interrogar por tu Palabra. Cuando vengas, y cada día vienes a mí, ¿qué fe encuentras en mi ser tuyo?

 

Vanos

11 de noviembre
Viernes XXXII

Sab 13, 1-9 Eran naturalmente vanos todos los hombres…

Que ignoraban a Dios y fueron incapaces de conocer al que es, partiendo de las cosas buenas que están a la vista…pues tú eres el autor de la belleza. No quedarme en las cosas en sí, sino ir al principio y fundamento de todo, que está en ti, que de ti recibe la vida. Alejarme de la vanidad y de la confusión tan propicia.  Salir de la ceguera. Abrir los ojos para ver. Para verte.

Aquí

10 de noviembre
Jueves XXXII

Lc 17, 20-25 Mirad, el reino está entre vosotros

No puedo dejar escapar esta cita, que me atrae siempre con una fuerza inusitada. Urgencia de mirad, de tener los ojos abiertos, de contemplar la realidad en lo que es, de no caer en ensoñaciones ni en piadoserías vanas que me alejen de tu reino, Señor, encarnado, entrañado, incrustado en lo que es de nuestro ser personal, histórico y social. Estás entre nosotros.

Construir

9 de noviembre
Dedicación de la Basílica de Letrán

Cor 3, 9-11.16-17 Mire cada uno cómo construye

Ser piedra viva en la Iglesia. Cimentado en la roca de de los apóstoles, que como columnas sostienen la basílica de Letrán. Arraigado en ti, piedra angular, desechada antaño por los arquitectos. Que mi vida se construya, Señor, dentro de la Iglesia, hijo de la Iglesia a quien entrego mi vida. Esta es hoy mi oración.

Inútiles

8 de noviembre
Martes XXXII
Lc 17, 7-10 Lo mismo vosotros…

…cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho todo lo que teníamos que hacer”. ¡Qué difícil, Señor! De nuevo, concédeme sencillez, humildad, gratuidad…y la vista del corazón puesta en Ti.

 

Razonamientos retorcidos

7 de noviembre
Lunes XXXII
Sab 1, 1-7 Los razonamientos retorcidos alejan del Señor

Me alejo de ti, Señor, con las complicaciones en las que me enredo, en el laberinto de mis pensamientos y justificaciones, cada vez que me alejo de la sencillez, en la turbiedad de mi mente, cuando me aparto de la pobreza de espíritu y de la limpieza de corazón.  Deja que mi pensamiento se serene en Ti, se acune a la luz de tu verdad, se haga transparente por la claridad de tu presencia.

Recibirlo

6 de noviembre
Domingo XXXII

Mt 25, 1-13 Que llega el esposo, salid a recibirlo

¿Y si hoy me llegara, con urgencia inusitada, este mensaje? ¿Y si tuviera la certeza de que hoy vienes a mi, como esposo amante, y amado, al que quiero recibir con la lámpara encendida? ¿Qué haría? Quizá darme cuenta que vienes cada día, en la eucaristía, en cualquiera de estos pequeños hermanos que pasan necesidad. ¿Qué hago para recibirte?

 

Menudo

 

5 de noviembre
Sábado XXXI semana

Lucas 16, 9-15 El que es de fiar en lo menudo, también en lo importante es de fiar

El criterio de lo pequeño, de lo cotidiano, de lo menudo, de lo no aparente, de lo que no cuenta a los ojos del mundo, de lo que pasa desapercibido, de lo mínimo…para acceder a la grandeza de Espíritu que ensancha el corazón y lo convierte en un paraíso de amor en germen, donde anidan todos los pájaros de universo. Gracias, Señor, por este criterio de fiabilidad, poético y real.