9 de octubre
Martes XXVII
Lc 10, 38-42 Solo una cosa es necesaria
No andes inquieto y disperso, de aquí para allá, yendo y viniendo, desasosegado, poniendo en lo que no es la importancia, como si fuera, sin darte cuenta que solo una cosa es necesaria: escuchar mi Palabra y ponerla en práctica, vivir el evangelio y practicar la justicia, en definitiva, amarme sobre todas las cosas y amar a tu prójimo como a ti mismo.
Te ha quedado el texto un poco incomprensible ¿no?