28 de enero
Domingo IV
Mc 1, 21-28 Un hombre tenía un espíritu inmundo
Y nos libras de los espíritus inmundos, que nos rodean, los pensamientos que nos impiden vivir en la libertad de tus hijos, los miedos, las agresividades, las iras, las envidias, las frustraciones, los rencores, la prepotencia, el orgullo, la soberbia, en fin, todo lo que nos impide que seamos quien tú nos llamas a ser.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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