7 de junio
Miércoles IX
Mc 12, 18-27 No es Dios de muertos sino de vivos
Así eres tú, Señor, el Dios de la vida y de la vida abundante, el que nos vivifica cada día, el que está con nosotros y nos introduce en su cauce de amor, el principio y el fin, el que nos ofrece su ser para que seamos para siempre. Gracias por darme la vida, por mantenerme en ella, por ofrecerme una vida sin fin en ti.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
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