San Esteban

26 de diciembre
San Esteban

Salmo 30 A tus manos, Señor, encomiendo mi Espíritu

Digo esta frase contemplado el misterio de tu nacimiento. Naces para morir. Envuelto en el pesebre, prefiguras la mortaja de la tumba. Desde el principio, hasta el final, poniendo tu vida en manos del Padre, encomendándole tu Espíritu. Así, Señor, Esteban, el primer mártir. Así tantos cristianos que unen su vida sin reserva a ti. Así, con tu gracia, deseo vivir, y morir, en Ti, que por mí naces y mueres.

 12.26

Natividad, misa del día

25 de diciembre
Misa del día

Me dices tu palabra:
¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz!
Ahora en esta etapa final Dios nos ha hablado  por el Hijo.
La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria.

12.253

Natividad, aurora

25 de diciembre
Misa de la aurora

Me dices tu palabra:

Mira a tu salvador que llega
Amanece la luz para el justo, la alegría para los rectos de corazón.
Ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre.
(los pastores) Fueron corriendo y encontraron a María y a José y al niño acostado en el pesebre.

12.252

Natividad, vigilia

25 de diciembre
Misa vespertina

Isaías 62, 1…

Me dices tu palabra:

Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios.
Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «Devastada»;
a ti te llamarán «Mi favorita»,
y a tu tierra «Desposada»,
porque el Señor te prefiere a ti,
y tu tierra tendrá marido.
Como un joven se casa con su novia,
así te desposa el que te construyó;
la alegría que encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu Dios contigo.

12.24.0

El sol que nace

24 de diciembre
Feria de adviento
Lc 1, 67-69 Nos visitará el sol que nace de lo alto.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto; esta noche de una manera especial, aunque cada día nos visitas. Al celebrar la eucaristía, al mostrar tu cuerpo y decir “este es el cordero de Dios”, me gusta dejar media forma sobre el cáliz. Signo del sol que amanece, en ti, cada día en mi vida. ¡Ven, Señor Jesús!

12.24

Sus vecinos

23 de diciembre
Feria de Adviento

Lc 1, 57-66 Se enteraron sus vecinos… 

… y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. Me pregunto si mis vecinos, algo conocidos, y mis parientes, tan de mi carne y en mi corazón, saben que tú me has hecho una gran misericordia, que por ella mi vida está vestida de fiesta, pues me has vestido en un manto de júbilo al morar, en secreto, en mí. ¿te manifiesto?

12.23

Tu grandeza

22 de diciembre
Feria de Adviento

Lc 1, 46-56 Proclama mi alma la grandeza del Señor

Deseo, Señor, preparar tu nacimiento desde el mismo corazón agradecido de María, sintiendo, desde sus entrañas, que tú siempre desbordas, que siempre eres más grande del más grande de mis pensamientos sobre ti, que tú apareces en lo sencillo y lo pequeño de mi vida y la ensanchas, y la haces fecunda, y me ayudas a darte a luz. Desde María.

12.22

Alégrate

21 de diciembre
Feria de Adviento

So 3, 4-18 Alégrate y gózate de todo corazón…

…porque llega mi amado. Déjame escuchar tu voz.

Hermosa es la lectura del profeta Sofonías, invitándome a la alegría profunda, en lo más íntimo de mi ser, en el corazón, porque  tú, Señor, estás en medio de mí, y me salvas, y te gozas y te complaces en mí, y me amas y te alegras con  júbilo en tu mismo amor, que me ofreces sin reservas. Gracias.

12.21

Llena de Espíritu

20 de diciembre
IV domingo de adviento

Lc 1, 39-45 Se llenó Isabel de Espíritu Santo

Signo de tu  presencia, Señor, es llenarse de Espíritu Santo. Así se llenó María. Así se llenó Isabel, cuando María acudió a ayudarla llevando en sus entrañas tu presencia alentadora. Así nos ofreces tu Espíritu, en pobreza, que nos colmará de paz. Estas navidad, tan cercana, puedes llenarme. Solo necesitas que me vacíe, que te preste mi espacio.

12.20