1 de febrero
Viernes III
Hb 10, 32-39 Recordad los días primeros
Llenos de luz, llenos de paz, llenos de amor, llenos de ti. Con el corazón inundado, con el rostro resplandeciente, con la mirada embriagada, con el ánimo ardiente, con la vida entregada. Que el recuerdo, Señor, actualice el amor verdadero. Tú paseando por el jardín de mis delicias, en amistad y cercanía. Volver al inicio para acercar el final.

¡Cuánta belleza inspira la Palabra y el Amor de Dios!
Gracias
Señor, mi deseo es vivir siempre fiel a la promesa que nos haces.
No perder la confianza, perseverar en todo, pese a las dificultades que la vida nos va dando.
¡¡Sé en Quién, he depositado mi vida!!
Purifica mi alma para que pueda recibirte como la primera vez
Quítamelo todo y déjame contigo
Devuelve mis ojos al mundo al que pertenecen