20 de julio
Sábado XV
Mt 12, 14-21 Mirad
A mi siervo, mi elegido, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones.
Déjame mirarte y morir en tu amor, Señor Jesús.

«Dios me ama más que yo a mí mismo» «¿Qué puedo desear fuera de Ti?»
Son dos reflexiones de San Ignacio de Loyola que hoy hago mías y que me introducen en el camino del Amor a Dios.
Morir llagada por tu amor eterno
que no apaga el pábulo vacilante
ni porfía ni grita ni vocea.
Déjame mirarte, Señor, incendia
ya la llama viva, que arde mi deseo.