19 de diciembre
III miércoles de adviento
Salmo 70 Se tú mi roca de refugio
Me dispongo a acogerte diciendo despacio el salmo de hoy, pronunciándolo con mi corazón: se tú la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve, porque mi alcázar u mi peña eres tú, Señor. Porque tú, Dios mío, fuiste la esperanza y la confianza de mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti. En el seno tú me sostenías. Contaré tus proezas, Dios mío, hasta hoy relato tus maravillas en mi vida.
Dentro de tus llagas escóndeme.
No permitas que me separe de ti.
¡¡ Se tú mi roca de refugio!! Sé que lo eres, lo deseo con toda mi alma, en Ti encuentro todo lo que nadie sabe dar.¡¡Gracias Señor!!
Palabras escondidas ¿quién descifrará tu mensaje?
Palabras en la noche ¿quién no te confundirá con un sueño?
Palabras que caen en el fondo de mi alma y refrescan las brasas que tu mirada provoca