Bautista

24 de junio
La Natividad de San Juan Bautista

Lc 1, 55-66.80 La mano del Señor estaba con él.

Siempre tu mano, Señor. Sosteniendo, apoyando, acariciando, señalando, dando vida, bendiciendo, acompañando, recogiendo la vida que ponemos en ella, en abandono y oferta existencial. Tu mano puesta sobre tus elegidos, a los que llamas, a los que encomiendas la misión de ser tus testigos hasta los confines de la tierra, a los que haces brillar como luz de las naciones, como a Juan, el más grande nacido de mujer.