7 de abril
Miércoles octava de pascua
Lc 21, 13-35 ¿no ardía nuestro corazón?
Arde. En el fuego de tu palabra. En el misterio de tu presencia misteriosa, escondida, desapercibida, y sin embargo constante en el camino de la vida. ¿Por qué arde mi corazón? Porque tú estás, y me acompañas, y me guías, y con paciencia infinita me sigues conduciendo a ti. En tus manos, Señor, Dios de mi vida.
Autor: Nano SM
Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa.
Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.
Lee todas las entradas de Nano SM