29 de junio
Santos Pedro y Pablo
II Timoteo 4, 6-8.17-18 Mas el Señor estuvo siempre a mi lado y me dio fuerzas
Y así ha sido, Señor. Hoy celebro treinta años de la ordenación sacerdotal. Siempre te he tenido a mi lado. Siempre, cuando yo no estoy, cuando he mirado a otro lado, cuando he jugado demasiado el juego de la vida, cuando como Pedro te he negado, como cuando Pablo has sido luz resplandeciente. En todo momento, en toda circunstancia, tu presencia amorosa, su lazo de amor, tu locura de amor en mi vida. Transformándome cada día. Para ser más tuyo, al servicio de los que tú pones en mi camino.
Rezad por mi.
Contigo doy gracias a la Trinidad Santa y a la Santa Virgen, nuestra Madre. Te felicito y agradezco cada dia de tu servicio fraterno en la FAMILIA MARIANISTA, tu presencia cotidiana y tu palabra enamorada.
Fuerte abrazo.